Un mes y medio luego de que lo hicieran los atletas convencionales, que reaparecieron el 18 de junio, los paradeportistas que tienen la mira en Tokio 2020 regresaron al Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (Cenard) para entrenarse apropiadamente.
El pedido de quienes van a participar o pretenden hacerlo en los Juegos Paralímpicos Tokio 2020 fue prácticamente simultáneo al de quienes proyectan tomar parte en los Olímpicos, pero fue autorizado tiempo más tarde por el gobierno nacional, en parte en razón de que la cita paralímpica empezará un mes después, el 24 de agosto de 2021 (durará hasta el 5 de septiembre), que la convencional, que se iniciará el 23 de julio (terminará el 8 de agosto).
Cuatro disciplinas paralímpicas tuvieron actividad ayer en el Cenard por primera vez desde que se inició la cuarentena por el coronavirus: fútbol de ciegos, natación, tenis de mesa y atletismo, con los protocolos gestionados en su momento por las respectivas federaciones y por el Comité Paralímpico Argentino y finalmente aprobados por el Ministerio de Salud y por la Jefatura de Gabinete.
«Fue un día muy esperado por el plantel. Éste es un camino progresivo y hay que trabajar con tranquilidad, respetar los protocolos y no perder el foco de cuidarnos», comentó Martín Demonte, el entrenador del equipo masculino de fútbol, altamente competitivo. El seleccionado argentino, que se entrenó en el Estadio Nacional Los Murciélagos, ya tiene asegurada su actuación en Tokio, gracias a su desempeño al disputar la Copa América Brasil 2019.
El experimentado fondista en silla de ruedas Alejandro Maldonado, que compite en 1500 metros y 5000 metros, hizo hincapié en la precaución en su manejo cotidiano para evitar contagiarse y contagiar. «El protocolo sanitario está siempre presente. Desde que ingreso al Cenard hasta que llego a mi casa tomo los recaudos suficientes para cuidarme y cuidar a mis seres queridos. Mi objetivo, ahora, es la clasificación», enunció en la pista de atletismo.
La alegría por volver a ensayar de forma normal fue generalizada en el predio de Núñez. «Después de muchos entrenamientos y ejercicios virtuales llegó el momento más lindo: el de practicar con la pelota», manifestó Aleksy Kaniuka, del conjunto de tenis de mesa adaptado. «Estamos muy felices de volver a la pileta. El agua es nuestro lugar; ahora hay que disfrutar y enfocarnos en el objetivo máximo, que es Tokio», celebró Daniela Giménez, participante en los Paralímpicos Pekín 2008, Londres 2012 y Río de Janeiro 2016, ya en el añorado natatorio Jeanette Campbell.
“Extrañaba la pileta”, dijo Sergio Zayas, uno de los 12 atletas que volvió a la actividad.
Se acabó la espera. Después de cinco meses de incertidumbre y de angustia, los nadadores argentinos clasificados y con proyección a los Juegos Paralímpicos de Tokio regresaron a la piscina del natatorio Jeanette Campbell del CeNARD.
Respetando los protocolos dispuestos por el Ministerio de Salud, los atletas se entrenaron en el agua. En esta ocasión, y por disposición de las autoridades, se establecieron turnos de dos horas con tres deportistas como máximo.
Los atletas que se sumaron a los entrenamientos en la primera semana fueron Elian Araya, Maidana Cancinos, Nadia Báez, Nicolás Nieto, Lucas Poggi, Ana Luz Pellitero, Sergio Zayas, Daniela Giménez, Amílcar Guerra, Nicolás Ricci, Santiago Senestro y Nicolás Rivero.
Sergio Zayas, nadador ciego que busca su cuarto Juego Paralímpicos, aseguró que “es un poco raro estar distanciados por un andarivel. Se extrañaba mucho la pileta”. Además, el santafesino se mostró agradecido con la Secretaría de Deportes y el ENARD porque mantuvieron las becas de los deportistas.
“Este regreso es empezar de cero otra vez. Ahora hay que ser fuerte mentalmente y apuntar los cañones hacia Tokio”, afirmó en Paradeportes Radio.
Fuente Argentina Deporte Amateur y La Nación.