La frase fue dicha en una semifinal de los Juegos Nacionales Evita de 1973 entre Los Cebollitas y el equipo santiagueño Social Pinto. La derrota de ese día marcó el final de 200 partidos invicto del equipo de Diego.
Fue una semifinal de los Juegos Nacionales Evita de 1973 entre Los Cebollitas y el equipo santiagueño Social Pinto. La derrota de ese día marcó el final de 200 partidos invicto del equipo de Diego.

«Hoy es un día muy triste. Los argentinos no tuvimos dimensión de lo que Diego es, para mí sin dudas fue nuestra escarapela ante el mundo», destacó.
Y prefirió recordarlo en sus tiempos de futbolista: «Tenía una personalidad avasallante, era difícil, pero como amigo o compañero era muy bueno».
Los días de estadía de Maradona en Santiago del Estero fueron divertidos, recordó Ganem, al indicar que «estaban todos en la casa de mi familia, había un salón grande con colchones para todos y había una habitación en donde dormía mi abuela; y en un momento, ellos salieron, cerraron el candado y me la dejaron encerrada a la vieja».
«Tenía esas cosas Diego, esa chispa que lo hacía increíblemente humano y especial», rememoró.
«La última vez que lo vi fue en Tucumán cuando él estaba jugando en Argentinos, le mandé un mensajito con un mozo en un hotel en Tucumán y a los 15 minutos yo estaba en su habitación charlando, me preguntaba si necesitaba entradas y le dije que ya habíamos sacado. Fue muy lindo», aseguró.