El 6 de abril se celebra el Día Mundial de la Actividad Física con el objetivo de promover el ejercicio físico y garantizar una mejor calidad de vida en la población. La práctica regular de actividad física tiene múltiples beneficios: previene enfermedades cardiovasculares, diabetes, cáncer y artritis; ayuda a controlar la hipertensión y mantener los músculos y huesos sansos; disminuye el estrés, la depresión y la ansiedad; agudiza la mente, mejora la concentración y la memoria; produce bienestar por la liberación de endorfinas; ayuda a aumentar la productividad laboral y a mejorar el rendimiento escolar; y colabora a tener un mejor descanso.
Sin embargo, es baja la proporción de la población que realiza los niveles recomendados de actividad física y, además, esta proporción disminuye a medida que aumenta la edad. En la Argentina el 67,6% de las personas mayores a 65 años no realiza actividad física, según la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo 2013. Así también lo refleja un estudio realizado por la Fundación Navarro Viola en alianza con el Observatorio de la Deuda Social Argentina que señala que más del 70% de las personas mayores no realizan la actividad física recomendada para su edad.
Las recomendaciones internacionales indican que para lograr un envejecimiento activo las personas mayores deben:
- Realizar al menos 150 minutos (2½ horas) de actividad aeróbica de intensidad moderada en episodios de 10 minutos consecutivos o más. Aquellos que ya son regularmente activos y están en condiciones de realizar una actividad aeróbica de intensidad vigorosa, se recomienda que alcancen los 75 minutos semanales.
- Hacer actividades de fortalecimiento muscular de los grandes grupos musculares al menos dos días a la semana.
- En el caso de personas mayores con dificultades de movilidad, se aconseja incorporar actividad física para mejorar el equilibrio y la coordinación, y así evitar riesgos de caídas.
- Cuando las personas mayores no puedan alcanzar estas recomendaciones debido a su estado de salud, deben mantenerse activos hasta donde les sea posible y les permita su salud.
Para cumplir con las recomendaciones y favorecer la adopción de estos hábitos saludables, es necesario que el Estado implemente políticas públicas que mejoren los entornos a fin de promover la práctica de actividad física como parte de la vida cotidiana en toda la población.
Algunos datos:
- La inactividad física representa el cuarto factor de riesgo más importante de mortalidad a nivel mundial
- Realizar actividad física con regularidad es importante para la salud física, mental y social de las personas mayores
- La actividad física es importante para preservar la función física y la movilidad, lo que puede retrasar la aparición de alguna discapacidad
- Para la mayoría de las personas, las formas más sencillas de realizar actividad física son aquellas que se pueden incorporar en la vida cotidiana como caminar o andar en bicicleta en lugar de viajar en auto, colectivo o tren; hacer tareas de jardinería y limpieza de la casa.
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